45 Por los lazos que nos unen

El segundo proyecto de la Cooperación Suiza en Honduras se realizó a través de un proyecto bilateral con el Ministerio de Salud Pública. Se excavaron pozos para atender los severos problemas de falta de agua en áreas rurales deprimidas del país. El proyecto fue bautizado como POSUIZOS, que se convirtió en el Proyecto de Pozos y Acueductos Rurales (PROPAR).

De 1984 a 1996, setenta mil personas mejoraron sus condiciones de vida a través del Programa de Desarrollo Rural Integrado, conocido como Chinorte, e mplementado en seis municipios al norte del departamento de Chinandega. Buena parte de la población vivía en zonas de riesgo y se le trasladó a espacios seguros con viviendas dignas, acceso a agua y saneamiento, educación y salud. Los cambios empujaron un desarrollo integral: no solo diversificaron sus fuentes de ingresos y mejoraron la seguridad alimentaria y la salud, sino que fortalecieron sus capacidades técnicas y productivas resultando variedades mejoradas de sorgo, maíz y frijoles. Incluso lograron que la banca comercial les eligiera como sujetos de crédito por su ganado pecuario. Es así que, de la mano de los sucesivos gobiernos y del liderazgo municipal, con un presupuesto de $24 millones, Suiza contribuyó a mejorar la producción agropecuaria y las capacidades gerenciales y de negocios, además de crear una infraestructura vial para que la población sacara sus cosechas.

“Hay productores de los que financió Chinorte que ahora son empresarios y ganaderos con mucho éxito. Chinorte fue una escuela que nos enseñó sobre conservación de suelo y agua en las laderas. También se aprendió cómo trabajar en planicies haciendo curvas a nivel, cómo convivir con la naturaleza, utilizar variedades de cultivos adaptadas a la zona, aplicar sistemas silvopastoriles y agroforestales. Todo eso continúa en la memoria de los productores y va a continuar”. Kenny Espinoza, alcalde de Somotillo.

En Honduras, los municipios son el principal motor del desarrollo local. Sin embargo, muchos municipios rurales tienen escasas capacidades humanas y financieras. El programa Apoyo Directo de Inversiones Municipales (APIM) se centró en mejorar las condiciones de vida de la población, reforzando las capacidades municipales, facilitando el acceso a los servicios básicos y mejorando las oportunidades de inversión municipal. La participación ciudadana y la transparencia fueron los principios esenciales del programa que benefició a más de 300 mil habitantes de 30 municipios rurales.

El proyecto Formación Profesional Rural en Honduras marcó el primer hito de la Cooperación Suiza en Centroamérica. La revisión de la política de cooperación, llevó a priorizar este país debido a que su producto interno bruto per cápita lo ubicaba en el penúltimo lugar de América Latina, estaba en la lista de los países más afectados por la crisis del petróleo y el gobierno militar de entonces, practicó una política social relativamente abierta. Este proyecto fue desarrollado en coordinación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A raíz del paso del huracán Mitch en 1998, la Cooperación Suiza inició una nueva línea de asistencia para atender catástrofes. En coordinación con otros actores de la cooperación internacional, impulsó el Programa Prevención de Desastres en América Central (PREVAC) para construir y fortalecer una cultura de prevención en la región. La estrategia fue orientada a fortalecer la institucionalidad y las capacidades locales para la gestión de riesgos naturales, la adopción de evaluaciones de riesgos, como un criterio indispensable en la planificación del desarrollo sostenible, entre otras acciones. Además, contribuyó a la implementación de una política coherente de ordenamiento y planificación territorial tomando en consideración los peligros naturales.

Suiza dotó a las municipalidades de herramientas técnicas para garantizar un desarrollo local sostenible con una visión de prevención de riesgos naturales, que elaboraron y pusieron en marcha planes de prevención y mitigación, estudios locales y formaciones intensivas sobre manejo de riesgos naturales. Las comunidades fueron parte dinámica de este proceso.

A partir de 2024, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de Suiza se concentrará en menos regiones geográficas y América Latina ya no figurará entre ellas. En su reunión del 19 de febrero de 2020, el Consejo Federal adoptó el Despacho sobre la Estrategia de Suiza para la Cooperación Internacional 2021-2024. La cooperación suiza al desarrollo estará más centrada, lo que aumentará su eficacia.

La cooperación financiera facilitó que el gobierno nacional realizara proyectos de mayor envergadura, especialmente en infraestructura económica y social.  Además de asegurar un alto grado de flexibilidad, esta modalidad contribuyó al fortalecimiento de las instituciones públicas contrapartes.

Los proyectos de Desarrollo Rural Integrado (DRI) se caracterizaron por incluir la organización y participación dinámica de la población en la ejecución y supervisión de obras comunitarias, agua y saneamiento, campañas de alfabetización, y la organización de productores agropecuarios independientes para impulsar empresas agrarias y mejorar la producción. Los proyectos DRI se enfocaron en territorios excluidos como Yoro, Marcala y Goascorán en Honduras. 

“DRI Yoro fue como la ruta que siguieron otros proyectos en la intervención de desarrollo rural, fue pionero en esto; su trabajo estuvo enfocado al trabajo comunitario, y pudo coordinar la acción de unas 12 instituciones del gobierno”. Edwin Rodríguez,  ex director del programa DRI Yoro.

Suiza condonó la deuda bilateral de Honduras, y como resultado establecieron un fondo de contravalor para proyectos de desarrollo para el país. Este fondo permitió que se incrementara la respuesta inmediata a los cuantiosos daños dejados por el Huracán Mitch. 

En coordinación con instituciones estatales, se pusieron en marcha 140 proyectos de agua potable y saneamiento, medio ambiente, fomento de la pequeña y mediana industria, y otros relacionados con la reconstrucción, valorados en alrededor de 63.3 millones de francos suizos que beneficiaron más de 225.000 familias. Los gobiernos e instituciones locales asumieron la corresponsabilidad de los proyectos.

Con el programa de Seguridad Ciudadana, la Cooperación Suiza contribuyó a poner en marcha el plan de reformas al sistema de formación policial, mejorar la gobernanza interna, implementar la policía comunitaria y aplicar sistemas de control, orientados a lograr la integridad institucional para que la ciudadanía hondureña goce de una vida segura.

Esto se complementó con una moderna estructura física que incluye 32 aulas para impartir clases, biblioteca, auditorio, sala para juicios orales y públicos, entre otros recursos físicos y tecnológicos. De esta forma el Instituto Técnico Policial de La Paz, en Honduras, es un modelo pionero para mejorar la educación policial.

La tecnificación de los procesos contables y la capacitación del personal técnico sobre administración financiera, logró que la alcaldía de Humuya, en Comayagua, Honduras, superara sus ingresos tributarios en diversas áreas, en más del 100 por ciento. Los fondos se invirtieron en obras sociales que mejoraron el bienestar de la gente.  La Cooperación Suiza ofreció el mismo apoyo a otros gobiernos locales que no gastaban los recursos que recibían porque la administración se registraba a mano. En este proceso, la población aprendió a identificar, priorizar, y demandar obras de acuerdo con sus necesidades, y a coordinar acciones con las alcaldías.

Para promover el desarrollo económico inclusivo, la Cooperación Suiza apoyó el mejoramiento de estas cadenas. Se logró generar 30,000 nuevos empleos, 30 % ocupados por mujeres, 16,000 familias productoras, lograron ingresos adicionales por 17 millones de dólares, permitiendo reinvertir en sus unidades productivas y atender una de las causas de la migración.

“El cacao ahora se le vende a Chocolats Halba, que logramos por medio de COSUDE; ahora tenemos un mercado asegurado y un precio que nadie lo tiene”, expresa satisfecha Nidia Rodríguez, productora de la Cooperativa de Producción Agrícola Cacaoteros de Jutiapa, que integra 36 comunidades de la costa norte hondureña.

Desde 1984, la Cooperación Suiza en Honduras inició su colaboración con organizaciones no gubernamentales, principalmente en el tema de acceso a agua de calidad. Junto a otras agencias de cooperación, puso en marcha una coordinadora de agua y saneamiento. Diez años después, esa iniciativa se convirtió en un proyecto regional denominado Red Regional de Agua y Saneamiento de Centroamérica, desde la cual se incidió en políticas, leyes y tecnología apropiada para poblaciones rurales.

El enfoque regional permitió concentrar esfuerzos y recursos, evitando la dispersión y las acciones paralelas, así como mantener bajos los costos de implementación. El desarrollo de programas y proyectos individuales fueron replicados en otros países convirtiéndose en acciones regionales exitosas, es decir, fueron implementados en toda la región, lo que aumentó la efectividad y el impacto.

Entre 2003 y 2008, Suiza fomentó los derechos humanos en Guatemala a través de un programa de la División de Seguridad Humana que todavía mantiene actividades puntuales. Esta iniciativa apoyó la lucha contra la impunidad y la protección de defensores y defensoras de derechos humanos, un tema prioritario de Suiza con énfasis en el eje de trabajo temático “Estado de derecho y democracia”.

Suiza contribuyó con el gobierno de Honduras para emprender y fortalecer reformas nacionales en el ámbito de justicia, seguridad y derechos humanos. Una de las líneas de trabajo fue lograr un mejor desempeño del sector  seguridad, en particular de la Policía Nacional, lo que tuvo como resultado un aumento en el número de investigaciones y resolución de casos de homicidios y violaciones de derechos humanos.

La Cooperación Suiza contribuyó a fortalecer un modelo departamental de gestión de riesgos en Honduras, mediante un proyecto implementado por el Comité de Contingencias Nacional (COPECO) que es la instancia nacional encargada de la prevención y mitigación de desastres. Esta iniciativa se implementó en el departamento de Colón, altamente vulnerable a inundaciones y deslizamientos. Las lecciones aprendidas contribuyeron a fortalecer el sistema de alerta temprana en todo el país.

Los altos índices de impunidad en el país, motivaron al Gobierno Suizo a contribuir financieramente al funcionamiento de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). Con esta contribución, la Cooperación Suiza fortaleció la cooperación con el Estado de Honduras en la lucha contra la corrupción e impunidad como factores claves para construir democracia y paz.

El programa facilitó el establecimiento de un sistema de gobernanza hídrica territorial, una gestión integral y sostenible del recurso hídrico y la construcción de obras estratégicas producto de la concertación público–privada en cuencas Choluteca-Sampile y Nacaome de la región del Golfo de Fonseca. El programa empoderó actores público-privados usuarios del agua y actores políticos que lideraron la política hídrica nacional y benefició indirectamente a 66,000 familias.

Para abordar la polarización y los enfrentamientos en la zona sur de Honduras y la zona de la Mosquitia, la Cooperación Suiza decidió que en todos sus proyectos se incorporara el enfoque psicosocial. Este enfoque contribuye a generar procesos de diálogo, transformación de los conflictos, el empoderamiento y la cohesión social.

Así, los diferentes actores de un territorio comprenden los intereses y motivaciones de cada actor social involucrado. De esta manera se apostó a reducir los conflictos sociales que surgen entre comunidades, autoridades, sector privado y medios de comunicación, cuando hay recursos naturales y proyectos económicos involucrados. 

Suiza apoyó la labor de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos en América Central en su cometido por aplicar las normas internacionales y reducir la impunidad. Entre las prioridades figuraron los derechos socioeconómicos de la población y el acceso a los recursos naturales. Respaldó asimismo la lucha contra la corrupción a través de un apoyo específico a la sociedad civil y a los ministerios públicos, por ejemplo, mediante la formación de jueces y personal jurídico en Honduras y Guatemala.

En El Salvador, Nicaragua y Honduras, el Programa de Manejo Integral de Plagas en América Central (PROMIPAC), ejecutado por la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, redujo de forma sustantiva el uso de productos químicos contaminantes que corrompían el agua y provocaban deformaciones congénitas. Además, fortaleció las acciones en extensión, educación e investigación de 80 instituciones socias, incluyendo organizaciones gubernamentales, no gubernamentales, educativas y privadas.

Tras el parto, los cuidados de una persona recién nacida son claves para su vida futura. Conscientes de esta realidad, Suiza ejecutó un proyecto para mejorar la atención neonatal a nivel nacional coordinado por Ayuda Médica para Centroamérica y el hospital Bertha Calderón, centro de referencia nacional para la atención ginecobstetra. Su objetivo: crear una red de unidades neonatales en siete hospitales regionales, capacitar al personal médico y dotar de equipamiento médico básico (incubadoras de transporte, monitores de signos vitales, bombas de infusión, bolsas para ventilar y equipos de CPAP nasal). Además de realizar talleres en cada hospital, se impartió un diplomado en Neonatología en el que participaron 80 enfermeras a nivel nacional con apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. Este proyecto tuvo varios momentos, de 2013 a 2021. “Hubo cambios significativos en algunas unidades que tenían muchas limitaciones, por ejemplo, la de Bilwi que no tenía ni lavamanos. Hubo mucha mejora después de la intervención con equipos y la capacitación. Algo tangible fue la disminución de las tasas de mortalidad neonatal”, dijo la doctora Tania Corpeño, pediatra neonatóloga del Hospital Bertha Calderón y responsable del proyecto.

Eran jóvenes para quienes la solidaridad no solo se trataba de un discurso. Durante los años 80, las brigadas del voluntariado suizo ofrecieron a 800 mujeres y hombres la oportunidad de demostrarlo. Dejaron de lado sus privilegios y llegaron a las zonas más necesitadas de Nicaragua para apoyar en temas de educación, salud, producción, construcción y cultura, entre otros aspectos. Tenían entre 18 y 25 años y estaban organizados en más de 20 comités de solidaridad para trabajar durante tres meses en el país. Una experiencia que marcó sus vidas y cambió la de la gente que apoyaron.

“Fui llevado a una cooperativa entre Achuapa y Limay. Éramos seis y fui nombrado traductor oficial ¡con mis 10 lecciones de español! Nos acomodamos en la escuelita y contribuimos a la construcción de viviendas. Para mí, un tipo de 20 años, aquello era una impresión tremenda… lo que representaba en términos de valores, esperanza, pero también ya había una relación personalizada: había caras, había voces, gente que uno recordaba. Me marcó la vida”. Beat Schmid, brigadista y ahora representante de Ayuda Médica para Centroamérica

A través de los diferentes proyectos y programas con las municipalidades, la Cooperación Suiza apoyó a los equipos técnicos que elaboran los presupuestos municipales a considera aquellos aspectos sensibles al género.

Bandos enemigos en los años 80, excontras y excombatientes del Ejército Popular Sandinista, se unieron para mejorar los caminos de acceso a la comunidad Las Veguitas (municipio El Tuma-La Dalia, Matagalpa), ya que en época de lluvia las vías eran intransitables y prácticamente quedaban incomunicados. La Alcaldía y la comunidad implementaron el proyecto de mejoramiento de caminos, financiado por Suiza. Esos 12.7 kilómetros de vías facilitaron la instalación de servicios básicos (luz, agua y saneamiento), escuelas y centros de salud, además de impulsar la actividad productiva y el acceso a bienes y mercados.

Através del programa de gobernabilidad local la Cooperación Suiza apoyó a que los municipios hicieran inversiones contando con la participación de la población.

Por primera vez hubo acceso a transporte público, se llevó la energía eléctrica, se hicieron puestos de salud, las escuelas mejoraron; el camino les permitió vender sus productos a un precio justo. Además, se capacitaron recursos humanos para que dieran mantenimiento a los caminos y actualmente la gente lo sigue haciendo. Ha habido sostenibilidad, los proyectos no han muerto. Ahí están”.  Maryan Ruiz, exalcalde de El Tuma-La Dalia (2008-2010)

El Dr. Guillermo González, ministro director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED) de Nicaragua), comenta sobre la larga relación de cooperación con Suiza.

“Cuando se logra combinar la visión de la organización con la gubernamental, se avanza a algo más que una cooperación. Creo que con Cooperación Suiza se logró ese objetivo importante de armonizar su visión con la visión del país.

Suiza apoyó a Sinapred durante muchos años con formación de recursos humanos y tecnológicos. En este proceso de desarrollo que ha tenido el Sistema Nacional, principalmente en los últimos 16 años, Suiza contribuyó a la incorporación de tecnologías e instrumentos que nos permiten hacer una gestión de riesgo más moderna. Desarrollamos una unidad de monitoreo a nivel nacional con la que podemos atender situaciones de emergencia y estar en el lugar de los hechos. En esa transferencia tecnológica, también jugó un papel importante y apoyó con recursos financieros para la adquisición de equipos.

Con los huracanes Eta e Iota, Suiza fue uno de los socios que nos acompañó en el momento de la crisis y en la recuperación. Cuando hay crisis es importante contar con socios que comprendan el esfuerzo que se hace a nivel nacional y lo acompañen de la manera más efectiva. Su apoyo en el campo de gestión de riesgo ha estado presente a través del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (Cepredenac). Centroamérica es una de las regiones más vulnerables del mundo, y ahora también es una de las mejor organizadas para atender emergencias.

Por la vulnerabilidad de Nicaragua ante los fenómenos naturales se ha venido construyendo un Sistema Nacional donde el papel del ciudadano es sumamente importante: está informado, conoce los riesgos y se prepara para actuar en situaciones de crisis. Tenemos casi 10 años de hacer simulacros, ejercicios nacionales y uno regional, donde se involucra a toda la población para poner en práctica planes de respuesta. Eso permitió que no tuviéramos ningún muerto en la zona donde impactaron dos huracanes categoría cinco en menos de 15 días. En todos estos años, la Cooperación Suiza comprendió la importancia de las políticas de gobierno y apoyó esos esfuerzos. Su legado está, precisamente, en haber dejado esa sensación de ser un socio que estuvo a la par, construyendo un Sistema Nacional que hoy en día es muy importante para el país”.

Wilfried Strauch, asesor del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), vicepresidente del Sistema de Alerta de Tsunami del Pacífico, coordinador del Centro de Asesoramiento de Tsunami para América Central (CATAC) y del Sistema de Alerta Temprana para Terremotos de Nicaragua, comenta sobre el apoyo de Suiza.

"Nicaragua contaba con una red sísmica muy moderna instalada después del terremoto de 1972, pero a finales de los años 80 solamente funcionaban tres o cuatro estaciones sísmicas y no se podían monitorear los sismos debido a la guerra que enfrentaba el país. Había que levantar de nuevo a la institución. Luego de visitar varias instituciones en Alemania, Noruega, Suecia y Suiza, formulamos pequeños proyectos con la colaboración de científicos conocidos como el Dr. Dieter Mayer-Rosa, director del Servicio Sismológico de Suiza de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, o el profesor Jean Jacques Wagner, vulcanólogo y director del Centro de Estudios de Riesgos Geológicos de la Universidad de Ginebra, y el apoyo de la Cooperación Suiza. Primero se elaboraron mapas de amenazas volcánicas y sísmicas. Luego, cuatro años después del tsunami de 1996, en el que murieron 170 personas y destruyó poblaciones enteras de la costa del Pacífico, establecimos el Centro Nacional de Alerta de Tsunami dentro del Sistema de Alerta de Tsunami del Pacífico (PTWS). El país e INETER se proyectaron como expertos en el tema en América Latina, solamente Chile tenía un centro similar.

Este sistema sigue funcionando con equipos más modernos y computarizados, con 60 sirenas instaladas en toda la costa del Pacífico y 20 en la costa del Caribe. Cuando INETER emite alguna alerta de tsunami para el país, Defensa Civil las activa remotamente por radio. Por la experiencia adquirida establecimos el Centro de Asesoramiento de Tsunami para América Central (CATAC) que funciona desde 2019.  En cuanto a la red sísmica hoy funcionan casi 150, por lo que podemos detectar los sismos, localizarlos y determinar su magnitud.

En 2016, con apoyo del Servicio Sismológico de Suiza, bajo la dirección del Dr. John Clinton y coordinado por la Cooperación Suiza, desarrollamos un Sistema de Alerta Temprana (SAT) ante terremotos. Esta idea inició aquí y la extendimos a El Salvador, Costa Rica y Guatemala. Este sistema hace uso de la televisión digital, internet y el celular para enviar las alertas de terremotos a la población. Desarrollamos una aplicación móvil que ya se está usando en estos mismos países. La alerta puede llegar segundos antes de la sacudida y son esos segundos en los que se puede salvar más vidas. Este trabajo fue empujado por la colaboración que iniciamos con la Cooperación Suiza hace casi 30 años y que continua con el proyecto SAT ante terremoto en Guatemala. Compartir y diseminar conocimientos científicos y técnicos, siempre estuvo en el centro del trabajo que realizamos con COSUDE y esos conocimientos y experiencias quedan en el país”.

Ante las consecuencias del fuerte aumento de los movimientos migratorios en la región, organizaciones locales han recibido apoyo de la Cooperación Suiza para garantizar asistencia humanitaria de emergencia a las personas migrantes. A través de Cruz Roja Panameña, Cruz Roja Hondureña y la Pastoral de Movilidad Humana en Guatemala, Suiza ha contribuido a que los y las migrantes que lo necesiten puedan recibir alojamiento, comida, ropa y servicios médicos básicos.